miércoles, 24 de abril de 2013

EL PENSAMIENTO CRÍTICO FOMENTA LA AUTONOMÍA DEL INDIVIDUO

Enlace: 10 pistas para enseñar pensamiento crítico|Aprender a pensar
Dentro del proceso educativo considero  que es cada vez más necesario el fomento del pensamiento crítico. Es  muy importante que el alumno sea capaz de cuestionar, examinar y analizar situaciones, temas, problemas  e información de todo tipo desde todos los ángulos, pues ello hace posible que seamos  capaces de interpretar la información adecuadamente y resolver los problemas y temas de una forma más efectiva. Sin pensamiento crítico solo podemos ver la superficie de las cosas. Sin embargo, tener un pensamiento crítico ayuda a hacerse preguntas sobre todo aquello que sucede a nuestro alrededor y a pensar con más claridad.
Creo que es importante que los alumnos aprendan a pensar por si mismos,  porque quienes son capaces de analizar y profundizar en los temas sometidos a su consideración tienen mayores oportunidades de éxito en la consecución de sus propósitos.

Pero para que los niños aprendan a desarrollar esta habilidad es necesario que la misma se fomente desde los primeros años y por ello la labor del profesor es de vital importancia. Considero necesario que el alumno sea capaz de expresar sus opiniones sin temor a que lo que está diciendo sea o no acertado, para ello es necesario estimular su autoestima, reconociendo que las opiniones de los estudiantes importan y merecen respeto. El alumno necesita sentirse escuchado y tener la constancia de que lo que está diciendo es tomado en consideración por su profesor y por el resto de compañeros. Por ello hay que introducir el debate y la exposición de ideas como algo totalmente normal en el desarrollo de las clases. El alumno, desde pequeño, tiene que adquirir la capacidad de expresar sus ideas libremente y ser capaz de cuestionar las ideas de los demás, aportando sus propios argumentos.  Al mismo tiempo, pienso que esta labor no es sólo cosa de la escuela, sino que en el propio entorno familiar es necesario que los padres fomenten esta actitud en los hijos, y para ello creo que es muy conveniente inculcar a los hijos el valor de hacer un montón de preguntas y sobre todo de cuestionar todo aquello con lo que no estén de acuerdo; al fin y al cabo esto es lo que constituye el corazón del pensamiento crítico.
Creo que el hecho de aprender a analizar argumentos y evaluarlos críticamente, debería hacerlo a uno menos susceptible a la manipulación y al lavado de cerebro. Y, es posible, que de esta forma uno pueda descartar ideas establecidas, formas de hacer las cosas, creencias, etc. En definitiva, podremos llegar a nuestras propias conclusiones y ser más autónomos e independientes en la forma de entender y relacionarnos con nuestro entorno.
Aquí comparto con vosotros un enlace de interés acerca de este tema: Cómo fomentar la autonomía en los niños

viernes, 19 de abril de 2013

¿CLASE MAGISTRAL O NUEVOS MÉTODOS DE ENSEÑANZA?

En el blog de Carlos Arroyo (El País, 04/13/2013) se hace una reflexión acerca de la conveniencia o no de seguir aplicando la metodología tradicional o de adoptar nuevas formas de enseñanza que sean más prácticas y atractivas para el alumnado.
Es cierto que muchos jóvenes no aprenden porque son vagos e indisciplinados, pero no es menos cierto que es necesaria la colaboración de profesores y padres para que el problema pueda cambiar o mejorar. Creo que el sistema educativo no ha evolucionado demasiado a lo largo del tiempo. Tal y como se dice en esta reflexión un cirujano de principios de siglo no podría ejercer su profesión en la época actual, sin embargo, un profesor de esa misma época apenas tendría problemas para dar sus clases en la actualidad. La evolución de la enseñanza no ha evolucionado demasiado para muchos profesores: la clase magistral sigue siendo la piedra angular de su trabajo.
Me parece que el alumno debe ser cada vez más autónomo para llevar a cabo su proceso de aprendizaje, donde el profesor debe ser un guía. Para ello el profesor debe aprender a enseñar y enseñar a pensar, para que el alumno pueda formarse su independencia de criterio. Para esto es necesario modificar algunas ideas y hábitos tradicionales que han quedado desconectados de la realidad cotidiana de las aulas, puesto que los tiempos han cambiado y las necesidades también, y el docente de ahora no es el de antes, ni el alumno de esta época es el de tiempos pasados.
Vivimos en una época de constantes cambios culturales, sociales y políticos y es por ello necesario que se ayude al alumnado a adquirir las habilidades intelectuales necesarias para afrontar con éxito los retos, los riesgos y las dificultades del siglo XXI. Por ello se hace cada vez más necesaria una estrecha integración del profesor y el alumno con los modernos sistemas tecnológicos que puedan ponerse al servicio de una mejor calidad de la enseñanza, permitiendo que el docente haga de guía para que el alumno, sirviéndose de todos estos adelantos técnicos, pueda aprender a pensar por sí mismo, a sacar sus propias conclusiones, a indagar en la solución de los problemas, en definitiva a no tener tanto dependencia del profesor. La aptitud pasiva del alumno, limitándose a escuchar la explicación del profesor, debe dar paso a una aptitud mucho más dinámica y atractiva para el aprendizaje.  La clase magistral puede seguir siendo necesaria en ocasiones, pero deben incorporarse nuevas formas de enseñanza que hagan al alumno más autónomo. El sistema educativo debe diseñar nuevas formas de aprendizaje que haga más atractivo a los jóvenes el interés por adquirir conocimientos y que permita que la tasa de abandono y de fracaso escolar sea cada vez menor.
Pero como dice Carlos Arroyo en su blog, “sin esfuerzo no es posible el cambio, y sin cambio no es posible la mejoría”. Los nuevos tiempos hacen necesarias nuevas soluciones, que requieren un esfuerzo por parte de todos (administración, profesores, alumnos y padres) por mejorar el sistema educativo.