Enlace: Lecciones de los videojuegos en educación, civismo, periodismo.
“¡Niño, déjate la consola y ponte a estudiar!, ¡Deja ya de perder el tiempo con los jueguecitos!”. Estas frases o algunas otras parecidas son pronunciadas a diario por miles de padres, y reflejan el sentimiento que despierta en éstos todo aquello que huele a videojuego. Pero ¿tienen toda la razón al expresarse de esa forma?
“¡Niño, déjate la consola y ponte a estudiar!, ¡Deja ya de perder el tiempo con los jueguecitos!”. Estas frases o algunas otras parecidas son pronunciadas a diario por miles de padres, y reflejan el sentimiento que despierta en éstos todo aquello que huele a videojuego. Pero ¿tienen toda la razón al expresarse de esa forma?
Desde siempre, los niños han jugado con aquello que han encontrado a su alrededor, y ha quedado suficientemente demostrado que se puede aprender jugando. Pero con el paso del tiempo la sociedad ha cambiado y por lo tanto también lo han hecho los elementos que se usan para jugar. Desde hace varias décadas, el desarrollo imparable de las nuevas tecnologías, ha dado lugar a la aparición de un nuevo tipo de juego: el videojuego.
En general, a los padres les genera cierto miedo su uso por parte de los niños, y valoran mucho menos el tiempo dedicado a este tipo de juegos que el dedicado a otras actividades lúdicas, que están mucho mejor consideradas social y educativamente, como son el deporte, la lectura, la música, etc. Los videojuegos se parecen más a la televisión y aunque ésta es muy utilizada, no está demasiado bien considerada. Los padres son capaces de dejar a sus hijos durante horas viendo la tele, sin controlar contenidos que en muchas ocasiones son totalmente violentos y desaconsejables y, sin embargo, les alarma mucho más que pasen parte de su tiempo con este tipo de juegos.
A pesar de la desconfianza que siguen ofreciendo para gran parte de los padres, creo que los videojuegos aportan una serie de elementos que sirven para aprender y para desarrollar determinadas habilidades. En los juegos podemos encontrar texto, sonido, e incluso música, muchas veces en inglés, que puede servir para familiarizarse con el idioma. Por todo ello es evidente que los videojuegos representan una avalancha de información que sirve para desarrollar diferentes habilidades tanto en niños como en adultos. Para jugar es necesario un gran desarrollo de la atención y la observación. Además, también se estimulan, en mayor o menor medida, la precisión, la memoria, la creatividad, la imaginación y el razonamiento estratégico o lógico.
Por ejemplo, cualquier videojuego deportivo, ayuda al jugador a desarrollar diferentes habilidades: organizar el espacio (pues debe determinar la posición en el campo de los jugadores), atención y memoria (debe reconocer banderas y ciudades), habilidad para buscar información (puede buscar estadísticas, etc.), organización (debe organizar su equipo mediante la aplicación de diversas estrategias: velocidad de los jugadores, calidad, etc.) y muchas más.
Es cierto que existe un gran número de videojuegos que encierran una violencia extrema, y aunque no está demostrado que esta violencia se transmita a la vida real del usuario del juego, sí se cuestiona que generen agresividad, lo que da lugar a que para muchas personas videojuego y violencia sean casi sinónimos. Además de los aspectos violentos, también se acusa a este tipo de juegos de fomentar valores individualistas. Sin embargo, el contenido de muchos juegos nos muestra situaciones que deben solucionarse en equipo. Hay juegos en los que el niño no juega solo, o contra la máquina, sino que en el mismo juego pueden participar varios jugadores (juegos de fútbol, por ejemplo). Un factor que también preocupa mucho es que todos los videojuegos crean una cierta adicción. El hecho de jugar conlleva a que sea trascendente mientras se juega pero debe ser intranscendente una vez terminado.
Pero no podemos olvidar que los videojuegos constituyen el principal medio de acercamiento de la mayoría de los niños y adolescentes al mundo de la informática. Por ello, considero que esta puerta de entrada puede ser explotada por los educadores puesto que los niños están muy familiarizados con este tipo de material. Si hacemos una buena selección, estos juegos nos podrían permitir el trabajo en grupo y fomentar diferentes habilidades y estrategias, ayudar a hacer más dinámicas las relaciones entre los niños del grupo, permitir analizar valores y conductas, reflexionando sobre los contenidos de los propios juegos. Creo, que los aspectos considerados negativos no tienen que restar la importancia que este tipo de herramienta puede aportar para el desarrollo de elementos muy positivos para el aprendizaje, y, en cualquier caso, es tarea de los padres y educadores enseñar a los niños a realizar una correcta elección de los juegos y supervisar el uso y el tiempo dedicado a los mismos.
Algunos enlaces interesantes relacionados con el tema tratado son:
Educar a través de...¡videojuegos!
Aprende Historia con tus videojuegos favoritos
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