domingo, 12 de mayo de 2013

REFLEXIÓN FINAL DE LA ASIGNATURA

Ahora que se acerca el fin de curso, quiero hacer una pequeña reflexión acerca de lo que esta asignatura ha supuesto para mí. A lo largo del curso se han sucedido los debates e intercambio de opiniones sobre la  situación actual de la educación, y si en algo nos hemos puesto de acuerdo, es en el hecho de la necesidad de renovación en la forma de transmitir los conocimientos a los alumnos. Hemos coincidido mayoritariamente en la importancia de la integración de las nuevas  tecnologías en las aulas, en la necesidad de una adecuada formación del profesorado en dichas materias, en la necesidad de una mayor implicación por parte del ámbito familiar en la educación de sus hijos, en el cambio de mentalidad de buena parte del profesorado para, concediendo la importancia que tiene la clase magistral, ir concediendo cada vez mayor autonomía al alumno en la adquisición de conocimientos, aprovechando todo el potencial que ofrecen esas nuevas tecnologías, y donde el maestro asume más un papel de guía. En definitiva, creo, que esta asignatura nos ha servido para tomar conciencia de las necesidades de cambio que necesita la educación en su constante obligación de adaptarse a las nuevas circunstancias y a los nuevos tiempos.
Y, en este contexto, ha supuesto una agradable sorpresa para mí el modo de enfocar la asignatura por parte de nuestro profesor, que ha dado mucha más importancia al debate, al intercambio de opiniones, y a la opinión crítica por medio de este blog, que al socorrido examen. Pienso que ha sido una buena forma de llevar a la práctica esta necesidad de cambio que antes he comentado.
Bueno, no sé si a alguien le pueden haber parecido interesantes las aportaciones que he hecho a lo largo del curso en este blog, pero a quien le han venido bien ha sido  a mí misma, pues me han servido para reflexionar sobre los temas tratados y formarme una idea más o menos precisa de los mismos. En cualquier caso, ha supuesto una agradable experiencia.
Hasta pronto.

LA POSICIÓN DE MAESTRO Y ALUMNO EN EL MUNDO ACTUAL

Hace unos días tuve que reflexionar acerca de una pregunta que aparecía en el libro de la asignatura de Tendencias contemporáneas de la educación, y ésta decía algo así como ¿qué significa ser docente hoy, y qué significa ser alumno/a? Me pareció una cuestión bastante interesante para abordar en mi blog, de manera que en los siguientes párrafos explicaré y daré mi respuesta a estas dos preguntas.

Ser docente no es sólo ser maestro o profesor, es ser otras muchas cosas, pues no sólo enseñamos conceptos, si no que enseñamos valores, a cómo vivir en sociedad, formamos personas. Ser docente es una tarea difícil pero muy bonita ya que descubres a muchas personas interesantes, compartes anécdotas increíbles con los más jóvenes de nuestra sociedad e incluso, puedes llegar a tener el cariño de tus alumnos. Tienes la satisfacción de que estás enseñando cosas muy interesantes y válidas para la vida de tus alumnos y de que estás aportando tu granito de arena a la sociedad. 
Además, yo pienso que el docente es un pilar muy importante de nuestra sociedad, pues si no hubiera docentes, no habría científicos, ni médicos, ni directores de cine,… no habría docentes tampoco, pues la docencia da lugar a otras profesiones. Por lo que ser docente ahora, antes y en el futuro es de vital importancia para la sociedad, no sólo por todas las profesiones a las que da lugar, sino también por lo que he comentado anteriormente, ya que enseña conceptos, valores para ser una buena persona y, lo más importante, forma personas.

Ser alumno hoy en día es difícil desde mi punto de vista.  En los tiempos que estamos con tanta tecnología utilizada como ocio es difícil que el alumno durante la clase esté atendiendo en vez de pensar a qué videojuego va a jugar hoy, o si alguna persona le ha enviado algún mensaje por Twitter o WhatsApp. Son muchas las distracciones que tenemos, y estas distracciones quitan tiempo o interfieren a otras cosas como estudiar o hacer la tarea. A esto añadir la presión que pueden tener algunos niños a la hora de hacer exámenes  ya que se les piden unos resultados muy buenos.  Pienso que ser alumno es un poco difícil, pero como dice mi madre y yo he ido haciendo siempre, “si te organizas da tiempo a todo, da tiempo a estudiar, que es lo primero, y da tiempo a jugar a la consola y a utilizar las tecnologías”.
Por otra parte, la difícil situación por la que atravesamos socialmente crea o puede crear cierta incertidumbre y escepticismo en las posibilidades de que el esfuerzo del alumno se vea recompensado en un futuro con un estatus laboral adecuado a su sacrificio. El ambiente pesimista en el que actualmente se desenvuelve nuestra sociedad puede verse reflejado en el rendimiento de nuestros alumnos al no ver que su esfuerzo sea recompensado. Creo, por tanto, que entre las muchas labores del maestro también está la del motivar al alumno para que éste realmente sienta que antes o después la preparación y el esfuerzo obtienen finalmente su recompensa.       
 Aquí comparto con vosotros un par de enlaces de interés a otras opiniones y reflexiones acerca de lo que significa ser docente  y alumno/a hoy: 
¿Qué significa ser docente, profesor, maestro?
Ser alumno...¿sabemos lo que significa?

miércoles, 1 de mayo de 2013

¿PARA CUANDO EL CONSENSO EN EDUCACIÓN?

Si analizamos la evolución de nuestro Sistema Educativo desde 1970 queda claro que cuando un partido político sube al poder  elabora una nueva ley educativa que invalida la anterior.  Los distintos partidos políticos parecen olvidarse  de que en quien más influyen estos cambios son en los alumnos y en el profesorado que debe reestructurar sus programaciones con cada cambio de ley,
Creo que lo más sensato sería que hubiera consenso educativo, un pacto escolar entre todos los partidos políticos de forma que se consiguiera una ley que fuera debatida, pensada y diseñada por expertos en educación y se acabara con esta inestabilidad legislativa.
Es sorprendente observar la tremenda volatilidad de las leyes educativas en España. Después de un período de tiempo muy largo (anterior a la transición) en el que tuvimos una única ley (Ley Moyano) hemos pasado a una dinámica en la que las leyes carecen de tiempo para asentarse y casi sin comenzar a funcionar quedan invalidadas por la nueva ley que el partido de turno ha decidido sacar. Los intereses de alumnos, profesores y familia, quedan diluidos por el propio interés de los partidos,  que anteponen sus expectativas de gobierno a la consecución de una educación adecuada para la sociedad a la que deben servir. Por ello, sería preciso que los políticos se planteasen ¿Qué grado de integración puede lograr una ley que está tan pocos años vigente?, ¿cómo puede un profesor adaptar la ley a su práctica docente si sabe que en cuatro años va a haber otra ley distinta? Las leyes están para cambiarlas y mejorarlas, pero esta renovación debe hacerse de forma coherente, cuando sea necesaria y dejando de lado los intereses partidistas de unos y de otros.
En resumen, considero que una  auténtica reforma educativa debe pasar por convertir la educación en un asunto de Estado y no de partidos o territorios, con ello se garantiza una cohesión del sistema educativo que impida la utilización de lo educativo como arma de confrontación política. Y además, es necesaria también una concienciación social sobre la importancia de la educación, donde las familias asuman sus propias responsabilidades educativas, sin dejar todo el peso de la educación sobre el ámbito escolar.
Al fin y al cabo, la educación es el mejor indicador de la marcha de una sociedad y la única garantía para superar las crisis, por ello no podemos permitirnos abundar en el error; es el momento de aunar fuerzas y establecer consensos que nos permitan tener una educación de calidad, con unas leyes que, introduciendo los cambios que realmente sean necesarios, ofrezcan estabilidad a la comunidad escolar y proporcionen auténticas mejoras en todo lo referente al sistema educativo.

miércoles, 24 de abril de 2013

EL PENSAMIENTO CRÍTICO FOMENTA LA AUTONOMÍA DEL INDIVIDUO

Enlace: 10 pistas para enseñar pensamiento crítico|Aprender a pensar
Dentro del proceso educativo considero  que es cada vez más necesario el fomento del pensamiento crítico. Es  muy importante que el alumno sea capaz de cuestionar, examinar y analizar situaciones, temas, problemas  e información de todo tipo desde todos los ángulos, pues ello hace posible que seamos  capaces de interpretar la información adecuadamente y resolver los problemas y temas de una forma más efectiva. Sin pensamiento crítico solo podemos ver la superficie de las cosas. Sin embargo, tener un pensamiento crítico ayuda a hacerse preguntas sobre todo aquello que sucede a nuestro alrededor y a pensar con más claridad.
Creo que es importante que los alumnos aprendan a pensar por si mismos,  porque quienes son capaces de analizar y profundizar en los temas sometidos a su consideración tienen mayores oportunidades de éxito en la consecución de sus propósitos.

Pero para que los niños aprendan a desarrollar esta habilidad es necesario que la misma se fomente desde los primeros años y por ello la labor del profesor es de vital importancia. Considero necesario que el alumno sea capaz de expresar sus opiniones sin temor a que lo que está diciendo sea o no acertado, para ello es necesario estimular su autoestima, reconociendo que las opiniones de los estudiantes importan y merecen respeto. El alumno necesita sentirse escuchado y tener la constancia de que lo que está diciendo es tomado en consideración por su profesor y por el resto de compañeros. Por ello hay que introducir el debate y la exposición de ideas como algo totalmente normal en el desarrollo de las clases. El alumno, desde pequeño, tiene que adquirir la capacidad de expresar sus ideas libremente y ser capaz de cuestionar las ideas de los demás, aportando sus propios argumentos.  Al mismo tiempo, pienso que esta labor no es sólo cosa de la escuela, sino que en el propio entorno familiar es necesario que los padres fomenten esta actitud en los hijos, y para ello creo que es muy conveniente inculcar a los hijos el valor de hacer un montón de preguntas y sobre todo de cuestionar todo aquello con lo que no estén de acuerdo; al fin y al cabo esto es lo que constituye el corazón del pensamiento crítico.
Creo que el hecho de aprender a analizar argumentos y evaluarlos críticamente, debería hacerlo a uno menos susceptible a la manipulación y al lavado de cerebro. Y, es posible, que de esta forma uno pueda descartar ideas establecidas, formas de hacer las cosas, creencias, etc. En definitiva, podremos llegar a nuestras propias conclusiones y ser más autónomos e independientes en la forma de entender y relacionarnos con nuestro entorno.
Aquí comparto con vosotros un enlace de interés acerca de este tema: Cómo fomentar la autonomía en los niños

viernes, 19 de abril de 2013

¿CLASE MAGISTRAL O NUEVOS MÉTODOS DE ENSEÑANZA?

En el blog de Carlos Arroyo (El País, 04/13/2013) se hace una reflexión acerca de la conveniencia o no de seguir aplicando la metodología tradicional o de adoptar nuevas formas de enseñanza que sean más prácticas y atractivas para el alumnado.
Es cierto que muchos jóvenes no aprenden porque son vagos e indisciplinados, pero no es menos cierto que es necesaria la colaboración de profesores y padres para que el problema pueda cambiar o mejorar. Creo que el sistema educativo no ha evolucionado demasiado a lo largo del tiempo. Tal y como se dice en esta reflexión un cirujano de principios de siglo no podría ejercer su profesión en la época actual, sin embargo, un profesor de esa misma época apenas tendría problemas para dar sus clases en la actualidad. La evolución de la enseñanza no ha evolucionado demasiado para muchos profesores: la clase magistral sigue siendo la piedra angular de su trabajo.
Me parece que el alumno debe ser cada vez más autónomo para llevar a cabo su proceso de aprendizaje, donde el profesor debe ser un guía. Para ello el profesor debe aprender a enseñar y enseñar a pensar, para que el alumno pueda formarse su independencia de criterio. Para esto es necesario modificar algunas ideas y hábitos tradicionales que han quedado desconectados de la realidad cotidiana de las aulas, puesto que los tiempos han cambiado y las necesidades también, y el docente de ahora no es el de antes, ni el alumno de esta época es el de tiempos pasados.
Vivimos en una época de constantes cambios culturales, sociales y políticos y es por ello necesario que se ayude al alumnado a adquirir las habilidades intelectuales necesarias para afrontar con éxito los retos, los riesgos y las dificultades del siglo XXI. Por ello se hace cada vez más necesaria una estrecha integración del profesor y el alumno con los modernos sistemas tecnológicos que puedan ponerse al servicio de una mejor calidad de la enseñanza, permitiendo que el docente haga de guía para que el alumno, sirviéndose de todos estos adelantos técnicos, pueda aprender a pensar por sí mismo, a sacar sus propias conclusiones, a indagar en la solución de los problemas, en definitiva a no tener tanto dependencia del profesor. La aptitud pasiva del alumno, limitándose a escuchar la explicación del profesor, debe dar paso a una aptitud mucho más dinámica y atractiva para el aprendizaje.  La clase magistral puede seguir siendo necesaria en ocasiones, pero deben incorporarse nuevas formas de enseñanza que hagan al alumno más autónomo. El sistema educativo debe diseñar nuevas formas de aprendizaje que haga más atractivo a los jóvenes el interés por adquirir conocimientos y que permita que la tasa de abandono y de fracaso escolar sea cada vez menor.
Pero como dice Carlos Arroyo en su blog, “sin esfuerzo no es posible el cambio, y sin cambio no es posible la mejoría”. Los nuevos tiempos hacen necesarias nuevas soluciones, que requieren un esfuerzo por parte de todos (administración, profesores, alumnos y padres) por mejorar el sistema educativo.

sábado, 30 de marzo de 2013

LA CLASE INVERSA: La autogestión del aprendizaje

               Enlace: Qué es Flip Teaching, Flipped Classroom o Clase Inversa.
              En la búsqueda constante por encontrar  nuevas y novedosas estrategias  pedagógicas, se ha abierto un debate sobre la conveniencia o no de implementar en los procesos de aprendizaje una técnica denominada Flip Teaching, Flipped Classroom o Clase Inversa.   
            Esta técnica de clase inversa consiste básicamente en que la clase que el  profesor ha impartido tradicionalmente a los alumnos en clase, es sustituida por su grabación en vídeo para que los éstos la vean en su casa y posteriormente en clase trabajar esos contenidos con el profesor y con el grupo. El papel de la escuela y del hogar se intercambia, y ver en vídeo la clase del profesor pasa a ser la tarea de casa.
Pero, como todo en esta vida, tiene sus “pros” y sus “contras”. A favor de este tipo de iniciativas podemos poner el hecho de que el estudiante puede llevar su propio ritmo de aprendizaje: el hecho de que la clase esté grabada permite que se pueda detener en aquellos puntos que le cueste más de comprender, ir hacia delante en la explicación, rebobinar, etc. En una clase normal el profesor va avanzando y en ocasiones no todos los alumnos son capaces de coger apuntes o de entender la explicación, en cambio de esta forma el estudiante no avanza hasta que no aprenda lo que está estudiando y puede volver a un punto determinado de la explicación cuantas veces necesite. Otra ventaja es el hecho de que al estar las clases grabadas están disponibles para aquellos alumnos que por cualquier circunstancia deban faltar a clase. Nadie se queda atrás por este motivo. Y otro aspecto muy importante es el hecho de que los padres pueden tener una idea mucho más precisa del tipo de educación que reciben sus hijos, al mismo tiempo que pueden colaborar con el propio estudiante para la resolución de algunas dudas. Además, cabe destacar el hecho de que este tipo de educación favorecería el desarrollo de dos competencias básicas esenciales, por un lado la competencia digital y tratamiento de la información, y por otro lado la competencia para aprender a aprender.

            En el campo de los “contras” se pone el hecho de que si todos o la mayoría de los profesores adoptan este método, el alumno se verá en la necesidad de dedicar demasiadas horas a ver los vídeos, con el consiguiente cansancio físico y excesiva exposición  a la pantalla del ordenador. Por otra parte, no todo el mundo tiene a su disposición ordenador y aún menos acceso a internet (aunque esto es algo cada vez más generalizado), por lo que se puede dar el caso de que aquellos estudiantes que no dispongan de estas herramientas tengan mucha menos oportunidad de aprender que los demás.

            Pero pienso que, por encima de todos estos “pros” y “contras”, está el hecho de que este tipo de estudio supone que la responsabilidad del aprendizaje pasa a ser en mucha mayor medida del estudiante y no creo que actualmente la sociedad esté preparada para que el profesor deje en manos del alumno buena parte de esa responsabilidad. Deberíamos tender hacia esto, pero en la actualidad la exigencia de que los alumnos aprendan recae sobre los profesores, de los que se espera que sean los que eduquen a los estudiantes. Mientras que no exista un cambio de mentalidad y seamos conscientes de que el interés por aprender debe partir del propio alumno, creo que no será fácil introducir la “clase inversa”.

            Aquí os dejo un enlace que os permitirá ampliar la información acerca de este tema: La clase inversa (Flipped classroom) y sus tecnologías


viernes, 29 de marzo de 2013

HACIA LA AUTORREALIZACIÓN VIRTUAL

           En la  Pirámide de Maslow están representados de forma gráfica y con peldaños los cinco niveles de necesidades que puede tener todo ser humano, y se considera la idea de que sólo cada vez que cubrimos completamente un escalón, pasamos al siguiente, pero no antes.
            En esta infografía se relacionan las necesidades perseguidas por todo ser humano con las nuevas tecnologías y las distintas redes sociales, y es curioso observar cómo éstas pueden estar inmersas en nuestras vidas sin que apenas seamos conscientes de ello.
            En el escalón más básico se encuentran las necesidades fisiológicas, las que cualquier ser humano tiene que tener cubiertas para poder vivir: comer, dormir, respirar, etc.  Pues bien, en nuestra sociedad actual, parece ser que para muchas personas, especialmente jóvenes, nos es casi tan necesario como todo esto el… ¡¡tener un Smartphone con conexión a internet!!
            Una vez cubiertas estas necesidades básicas, en el segundo escalón perseguimos la seguridad personal, familiar, de empleo, de vivienda y de recursos económicos. Pero para el adicto a las redes sociales a todo esto debe de unir la necesidad de que su arsenal tecnológico esté siempre perfectamente protegido: le surge la necesidad de tener antivirus, contraseñas y por supuesto… ¡la funda para su querido Smartphone! Un arañazo en su apreciado artefacto le puede causar casi tantos quebraderos de cabeza como la búsqueda de empleo.
            En los siguientes escalones, el de afiliación y el de reconocimiento, encontramos las necesidades de pertenencia y de desarrollo afectivo, como la amistad, el afecto y la aceptación social, y las necesidades de autoestima o reconocimiento dentro del grupo social. Para nuestro adicto esto también tiene su reflejo en las redes sociales, pues por medio de  Twitter, Facebock, o Google+ puede  cubrir parte de esas necesidades. Puede tener una enorme cantidad de contactos con los que intercambiar información, aspiraciones, deseos, etc. hasta tal punto que tener un elevado número de seguidores puede llegar a ser una especie de distintivo social o de influencia. Por desgracia para muchos de estos adictos, tener muchos amigos en la red, no les garantiza tener ni uno sólo en el mundo real.
            Finalmente llegamos al punto más alto de la pirámide, el de la perseguida Autorrealización, que algunos consiguen por ejemplo en Twitter, cuando se convierten en tuitstars, cuando cientos o miles de personas les retweetean, consiguen miles de seguidores o, ¡y esto ya es el colmo de la auto-realización virtual!... cuando te responde un famoso a un tweet. Algunos en este punto…. ¡se estarían clavando en la punta de la pirámide!
            Creo que establecer una relación entre cubrir necesidades reales con consecuciones virtuales no es más que una exageración, puesto que existen necesidades en las que es necesario el contacto humano, como dar un abrazo a un amigo o decirle a alguien te quiero y, salvo en aquellos casos que supongan una adicción extrema, no pueden quedar cubiertas por Facebook, Twitter o la red social de Google.


martes, 19 de marzo de 2013

¿PROGRAMAR ES COSA DE NIÑOS?

            En el artículo titulado “Aprender a programar como se aprende a leer”, publicado en el periódico El País, del cual os dejo el enlace para que podáis leerlo, se intenta poner de manifiesto la importancia de enseñar a los niños el lenguaje de programación desde muy pequeños. Y esto, que puede parecer algo de sentido común en nuestra sociedad tecnológica, se convierte en objeto de debate, pues surgen posturas enfrentadas con respecto a la conveniencia o no de este tipo de enseñanza a edades tan tempranas.
            Muchos padres no están de acuerdo en que sus hijos aprendan a  programar un ordenador a la edad de 6 o 7 años, pues consideran que hay muchas otras cosas más importantes para aprender a esas edades. En el lado contrario se sitúan aquellos otros quienes consideran que actualmente programar es tan necesario como aprender a leer.
            Cuando nos ponemos a pensar en qué cosas consideramos necesarias que aprendan los niños para enfrentarse al futuro, seguramente se nos pasa por la cabeza que estudien un idioma extranjero, pero también percibimos que hay una evolución imparable y la tecnología invade  cada día más las tareas cotidianas de nuestras vidas. Casi cualquier actividad humana, desde la más simple como puede ser el control del riego de un campo, hasta el estudio del espacio está controlado por un ordenador. Pues bien, al igual que para comprender mejor la música es necesario tener nociones básicas, conocer acordes, escalas y, lo mejor de todo, saber cómo funciona un instrumento; para conocer y comprender cómo trabajan los ordenadores, y poder fomentar en los niños el desarrollo del tratamiento de la información y competencia digital, se hace cada vez más necesario tener conocimientos de este tipo.

            De igual modo que durante muchos años en nuestra sociedad industrial y comercial ha sido necesario el aprendizaje de los números, las operaciones aritméticas básicas, el perfeccionamiento del lenguaje y de la palabra escrita, creo que en nuestra sociedad tecnológica conocer el proceso de programación se hace tan necesario como lo anterior.

            Pero  dicho esto, también creo que en nuestro país todavía quedan muchas cosas por mejorar en la educación antes de poder abordar un asunto como este. No nos conviene empezar la casa por el tejado, y creo que antes hay que mejorar aspectos como la enseñanza de idiomas; dotar de suficientes ordenadores a los centros; mejorar la preparación del profesorado en el uso de las Tic's; etc.
           Os dejo aquí un enlace interesente acerca de la programación infantil: Aprender a programar...¿desde pequeños?

domingo, 10 de marzo de 2013

El COLEGIO TECNOLÓGICO, ¿EL COLEGIO IDEAL?


En un artículo de la revista Okapi, del año 2008, titulado 2032: colegio tecnológico”, se plantea la posibilidad de un colegio totalmente informatizado, donde las nuevas tecnologías están presentes desde el momento mismo en el que los niños entran al colegio (control de acceso mediante tarjeta, información inmediata a los padres sobre ausencias, etc.), hasta la dinámica de las clases (ordenador individual, pizarra electrónica, etc.)
Tanto despliegue tecnológico nos puede llevar a pensar que nos encontramos ante la escuela ideal, pero si analizamos más detenidamente este tipo de enseñanza tal vez nos llevemos alguna sorpresa, pues en muchos aspectos este prototipo de escuela tan avanzada sigue teniendo muchas similitudes con la escuela del siglo XIX.
La tecnología con la que hoy disponemos ha creado una abundancia de conocimiento a disposición de los estudiantes y la información se nos presenta en tantas formas que cualquier niño puede encontrar y utilizar el material necesario. Por lo tanto, en este aspecto, la influencia de las nuevas tecnologías en las aulas puede ser muy positiva.
Sin embargo, junto a este mayor acceso al conocimiento, surge una probable pérdida de las habilidades de comunicación y capacidad de interacción entre los niños y sus maestros, entre los niños y sus padres e incluso, entre ellos mismos. No podemos olvidar que además del aprendizaje, la socialización y la resolución de conflictos deben ser dos de las razones más importantes  por las cuales los niños van a la escuela.
Por otra parte, en esta escuela tan tecnológica sigue poniéndose de manifiesto aquello que tanto se ha criticado a la escuela tradicional: el poco protagonismo del alumno en la clase. Si en la escuela del siglo XIX el protagonismo lo tenía el maestro, quien transmitía sus conocimientos a los niños mientras éstos escuchaban sus enseñanzas pero sin que hubiese una interacción entre el maestro y sus alumnos,  en esa futura escuela tecnológica del siglo XXI corremos el riesgo de que el protagonismo lo tome el ordenador o la pizarra electrónica y el alumno continúe siendo un mero actor secundario.
La tecnología puede mejorar los métodos tradicionales de enseñanza, pero no puede remplazar el contacto humano. En última instancia, la calidad de la clase dependerá exclusivamente de la calidad del maestro a la hora de fomentar la creatividad del alumnado, y no de la presencia de ordenadores, pizarras electrónicas, o cualquier otro ingenio tecnológico.

sábado, 9 de marzo de 2013

VIDEOJUEGOS, ¿OCIO O ALGO MÁS?

Enlace: Lecciones de los videojuegos en educación, civismo, periodismo.
“¡Niño, déjate la consola y ponte a estudiar!, ¡Deja ya de perder el tiempo con los jueguecitos!”.  Estas frases o algunas otras parecidas son pronunciadas a diario por miles de padres, y reflejan  el sentimiento que despierta en éstos todo aquello que huele a videojuego. Pero ¿tienen toda la  razón al expresarse de esa forma?
Desde siempre, los niños han jugado con aquello que han encontrado a su alrededor, y ha quedado suficientemente demostrado que se puede aprender jugando. Pero con el paso del tiempo la sociedad ha cambiado y por lo tanto también lo han hecho los elementos que se usan para jugar. Desde hace varias décadas, el desarrollo imparable de las nuevas tecnologías, ha dado lugar a la aparición de un nuevo tipo de juego: el videojuego.
En general, a los padres les genera cierto miedo su uso por parte de los niños, y valoran mucho menos el tiempo dedicado a este tipo de juegos que el dedicado a otras actividades lúdicas, que están mucho mejor consideradas social y educativamente, como son el deporte, la lectura, la música, etc. Los videojuegos se parecen más a la televisión y aunque ésta es muy utilizada, no está demasiado bien considerada. Los padres son capaces de dejar a sus hijos durante horas viendo la tele, sin controlar contenidos que en muchas ocasiones son totalmente violentos y desaconsejables y, sin embargo, les alarma mucho más que pasen parte de su tiempo con este tipo de juegos.
A pesar de la desconfianza que siguen ofreciendo para gran parte de los padres, creo que los videojuegos aportan una serie de elementos que sirven para aprender y para desarrollar determinadas habilidades. En los juegos podemos encontrar texto, sonido, e incluso música, muchas veces en inglés, que puede servir para familiarizarse con el idioma. Por todo ello es evidente que los videojuegos representan una avalancha de información que sirve para desarrollar diferentes habilidades tanto en niños como en adultos. Para jugar es necesario un gran desarrollo de la atención y la observación. Además, también se estimulan, en mayor o menor medida, la precisión, la memoria, la creatividad, la imaginación y el razonamiento estratégico o lógico.
Por ejemplo, cualquier videojuego deportivo, ayuda al jugador a desarrollar diferentes habilidades: organizar el espacio (pues debe determinar la posición en el campo de los jugadores), atención y memoria (debe reconocer banderas y ciudades), habilidad para buscar información (puede buscar estadísticas, etc.), organización (debe organizar su equipo mediante la aplicación de diversas estrategias: velocidad de los jugadores, calidad, etc.) y muchas más.
Es cierto que existe un gran número de videojuegos que encierran una violencia extrema, y aunque no está demostrado que esta violencia se transmita a la vida real del usuario del juego, sí se cuestiona que generen agresividad, lo que da lugar a que  para muchas personas videojuego y violencia sean casi sinónimos. Además de los aspectos violentos, también se acusa a este tipo de juegos de fomentar valores individualistas. Sin embargo, el contenido de muchos juegos nos muestra situaciones que deben solucionarse en equipo. Hay juegos en los que el niño no juega solo, o contra la máquina, sino que en el mismo juego pueden participar varios jugadores (juegos de fútbol, por ejemplo). Un factor que también preocupa mucho es que todos los videojuegos crean una cierta adicción. El hecho de jugar conlleva a que sea trascendente mientras se juega pero debe ser intranscendente una vez terminado.
Pero no podemos olvidar que los videojuegos constituyen el  principal medio de acercamiento de la mayoría de los niños y adolescentes al mundo de la informática. Por ello, considero que esta puerta de entrada puede ser explotada por los educadores puesto que los niños están muy familiarizados con este tipo de material. Si hacemos una buena selección, estos juegos nos podrían permitir el trabajo en grupo y fomentar diferentes habilidades y estrategias, ayudar a hacer más dinámicas las relaciones entre los niños del grupo, permitir analizar valores y conductas, reflexionando sobre los contenidos de los propios juegos. Creo, que los aspectos considerados negativos no tienen que restar la importancia que este tipo de herramienta puede aportar para el desarrollo de elementos muy positivos para el aprendizaje, y, en cualquier caso, es tarea de los padres y educadores enseñar a los niños a realizar una correcta elección de los juegos y supervisar el uso y el tiempo dedicado a los mismos.
Algunos enlaces interesantes relacionados con el tema tratado son:
Educar a través de...¡videojuegos!
Aprende Historia con tus videojuegos favoritos

lunes, 18 de febrero de 2013

Finlandia 10 – 3 España


En nuestro país, de gran tradición futbolera, nos sentimos orgullosos de que en el campeonato que se celebra cada cuatro años hayamos asombrado al mundo con nuestro juego y siendo los mejores. ¡Enhorabuena!. Pero cada tres años aparecen publicados en los medios de comunicación los resultados de ese otro campeonato que nada tiene que ver con el fútbol, pero que pone de manifiesto el nivel de la educación de los países: el Informe PISA (Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes), que se basa en el análisis del rendimiento de estudiantes a partir de unos exámenes mundiales que se realizan cada tres años y que tienen como fin la valoración internacional de los estudiantes.  Pues bien,  ya es tradición que este informe nos saque los colores ante la comunidad internacional, pues nuestros alumnos aparecen siempre en las últimas posiciones. La mayor parte de los países nos ganan y, especialmente, Finlandia lo hace por goleada.
Y es entonces cuando nos surgen las preguntas: ¿Qué falla en nuestro sistema educativo?, ¿están menos preparados nuestros profesores?, ¿tienen menos capacidad intelectual nuestros alumnos?, etc.
Si comparamos el modelo educativo de nuestro país con el modelo educativo de Finlandia, se ponen de manifiesto numerosas diferencias (como hemos podido ver en el programa Salvados de Jordi Évole, en el capítulo titulado “Cuestión de educación”) que, tal vez, puedan explicar este “enigma”.
La educación en Finlandia es gratuita desde preescolar hasta la universidad e incluye las clases, el comedor, los libros y hasta el material escolar. Después de cada 45 minutos de clase tienen un recreo de 15 minutos y, en total, tienen bastantes menos horas lectivas que en España, y con deberes en casa que no son excesivos. Entonces: ¿cómo consiguen mejores resultados en menos tiempo?. La respuesta a esta pregunta es sencilla: La educación se estructura en base a dos ejes que funcionan de manera coordinada: La familia (donde los padres tienen la convicción de que son los primeros responsables de la educación de sus hijos, por delante de la escuela y complementan el esfuerzo que se hace en el colegio) y la escuela.
Además, en cuanto a los maestros hay que destacar que es necesaria una elevada calificación académica para acceder a la enseñanza.  En nuestro país la inmensa mayoría de los estudiantes con expedientes académicos brillantes acceden a otros tipos de enseñanzas alejadas del magisterio. Por ello, no es de extrañar que mientras los maestros en Finlandia estén muy bien considerados en nuestro país no lo estén tanto.
           Y en la situación actual de continuos recortes, con aulas masificadas, escasez de profesores de apoyo y baja motivación del profesorado las perspectivas no son muy buenas.  
Lo más lamentable de todo esto es el hecho de que en nuestro país a lo largo de la democracia se han producido siete reformas educativas y estamos camino de la octava reforma, y todas ellas han estado marcadas por un profundo carácter político, cada partido que ha estado en el gobierno y ha afrontado una reforma ha intentado “arrimar el ascua a su sardina”, con el único objetivo de asegurarse un puñado de votos y sin tener en cuenta el bien común. Por el contrario, en Finlandia existe consenso para la educación. La educación no depende de los intereses políticos de los partidos que están en el poder en ese momento. Pero al fin y al cabo los políticos no son más que una representación de nuestra sociedad, y la sociedad finlandesa está formada por personas que piensan frecuentemente en el "bien común", y no sólo en el beneficio propio.
Mientras no tengamos presente que la educación es la llave para el desarrollo económico y social de un país no pondremos los cimientos para que se produzca una auténtica revolución en nuestro sistema educativo. Al final todo es “cuestión de educación”.
¡Viva el fútbol!, pero por encima de este grito debe resonar otro mucho más importante: ¡Mejoremos nuestra educación!.
Aquí os dejo un enlace que os ayudará a entender mejor el primer puesto de Finlandia en la educación europea: Así consigue Finlandia ser el número 1 en educación en Europa